Título: LUNA DE LOBOS
Autor: IAN MCDONALD
Páginas: 396
Editorial: NOVA
Traductor: José Heisenberg
Sinopsis:Un Dragón ha muerto. Corta Hélio, una de las cinco corporaciones familiares que gobiernan la Luna, ha caído. Sus riquezas se han dividido entre sus muchos enemigos, sus sobrevivientes se han dispersado. Ya han transcurrido dieciocho meses.Los restantes hijos de Helio, Lucasinho y Luna, están bajo la protección de los poderosos Asamoahs, mientras que Robson, todavía asustado de haber presenciado las muertes violentas de sus padres, es ahora un pupilo -prácticamente un rehén- de Mackenzie Metals. Y el último heredero nombrado, Lucas, ha desaparecido de la superficie de la luna.Solamente Lady Sun, la viuda de Taiyang, sospecha que Lucas Corta no está muerto, y más aún, que sigue siendo un jugador importante en el juego. Después de todo Lucas siempre fue el intrigante, e incluso en la muerte sería capaz de todo para recuperar y reconstruir una nueva Corta Helio, más poderosa que antes. Pero Corta Hélio necesita aliados, y para encontrarlos el hijo que huye emprende un viaje audaz e imposible... a la Tierra.En un ambiente lunar inestable, las lealtades cambiantes y las maquinaciones políticas de cada familia alcanzan su cenit en sus parcelas más fértiles cuando estalla abiertamente la guerra.
Juego de tronos en la luna. Así
se vendió la primera parte y ya expliqué en la reseña lo mal parada que salía
la obra en esa comparación. De todos los juegotronismos que han intentado vendernos
desde el éxito de Martin —ahora todo lo que lleve espadas e intrigas es un GoT—
la saga Luna de Ian McDonald es una de las más alejadas y no solo porque sea
ciencia ficción.
Luna Nueva me dejó frío pero
tenía suficientes alicientes como para atreverme con la segunda parte. Mis
blogueros y críticos de cabecera aseguraban que era mejor que su predecesora.
Tenían razón. Ahora bien, sigue cometiendo los mismos errores que le restan
mucha nota.
Tras el final abrupto y
catastrófico para la familia Corta en Luna Nueva, el autor se lanza de cabeza a
exponer las consecuencias de los actos de los cuatro Dragones restantes. Aquí
no hay luchas de poder a golpe de espada y ejércitos —quizá un poco con cierta
guerra fratricida, pero no gran cosa—, las disputas se cierran en los despachos
y tribunales, y los combatientes son abogados y consejeros armados con
arsenales dialécticos.
No nos equivoquemos, hay
violencia en la luna. Mucha. Pero salvo en los grandes momentos climáticos del
final, se trata de una violencia a pequeña escala, sin grandes repercusiones.
Bandas, asesinos silenciosos, grupos de tragapolvos o sabotajes. La luna ya se
encarga de matarte de mil formas distintas y la mano del hombre rara vez
interviene directamente. Debido a este contraste de violencia de nivel bajo o,
en momentos puntuales, a nivel planetario, la acción avanza en una serie
interminable de afilados diálogos que por abundar tanto, acaban perdiendo
efecto. Cuando has oído cien respuestas badass
de los poderosos de la luna, la ciento una pierde efecto.
Por otro lado, y como no todo
pueden ser diálogos, Ian McDonald coge a ciertos personajes y los somete a
pruebas físicas sobrehumanas imposibles de superar para demostrarnos lo duro
que es vivir en la luna y al mismo tiempo lo mucho que se ha informado sobre
física. El problema es que siempre se superan dichas pruebas. Es entretenido y
la pluma de McDonald consigue generar muy bien la angustia de vivir en un
entorno que te quiere matar, pero estando en la segunda entrega es algo que ya
hemos visto y pido más.
Como vemos, los fallos siguen
ahí, vuelve a sacarse personajes de la manga y la amplitud de tramas sueltas en
un libro relativamente corto hace que muchas de ellas queden abandonadas
demasiado tiempo, tanto que cuando trata de recuperarlas te quedas pensando de
qué demonios e está hablando.
Todo esto, incluida la sensación
de que el libro necesita más desarrollo, lastraba el primer volumen. Lo que
hace a Luna de Lobos superior a Luna nueva es su trama. Ya no tenemos personajes
luchando desde sus palacios de cristal. Ahora hay deterioro, bajos fondos,
lucha por la supervivencia, pobreza, mediocridad, humillación, hambre. Todo esto
enriquece el mundo y a los personajes y ofrece una visión de la luna que en Luna Nueva se limitaba a las grandes
salas de los ricos. Siempre me han gustado más lo callejones y estrecheces que
la vida de palacio y a la luna le sientan mejor.
Vemos a Wagner intentar pasar
páginas tragándose el resentimiento y luchando contra su naturaleza bipolar; a Lucasinho esforzarse por olvidar todo lo
que no sean los placeres del cuerpo; a Robson tratar de averiguar qué lugar
tiene en este mundo sin familia y a Ariel, tan lógica, cruel, áspera y fría
como siempre, pugnar por mantenerse firme tras perder su posición y quedarse
sola y dependiente de Marina. Esta última en cambio, me ha decepcionado después
de ser mi personaje favorito en Luna
Nueva. La mujer fuerte y decidida que era Marina se convierte básicamente
en un lamento constante y pierde todo lo que la hacía atractiva. Su dilema
moral final está bien pero no consigue salvar el personaje. Por último está
Lucas, el puño de hierro, tenaz y cabezota, un dictador en potencia, que se enfrenta
al poder de dos planetas para recuperar su familia y posición.
Excesos descriptivos de lado, me
ha encantado la parte de geopolítica terrestre. McDonald da un giro a la
política actual observándola desde un prisma ajeno y nos cuenta unas ideas más
que interesantes sobre los sistemas políticos y los nacionalismos de nuestro
mundo.
No puedo acabar sin volver a
repetir un aspecto espectacular del libro: el sexo. Natural, sin tabúes, sin
necesidad de introducirlo, sin sexualizarse ni concepciones de género. Sin
fronteras ni límites y una amplitud de miras que me hacen envidar esa sociedad
lunar. Chapeau.
Concluyendo, Luna de Lobos merece ser leída, si te gustó Luna Nueva esta te
encantará y si no, es probable que esta vez sí consiga convencerte. Mejora y
avanza hacia una prometedora tercera entrega, esperemos que esta vez sí, con un
mayor protagonismo de la trama sobre el mundo.
Pues veo que en esta segunda parte coincidimos bastante. Para mi, perdido el efecto de la novedad del mundo, ya que ya lo conocemos, le resta espectacularidad. Si hay detalles que va soltando que molan, pero no es lo mismo. Lo que me ha fallado a mi es que las nuevas voces narrativas de los otros dragones me han importado menos que un pepina. No notaba la potencia con la que vivo a los Corta. Lucas, Lucasinho o Ariel le pegan mil patadas como personajes a todos, incluso Robson o la nueva Corta. Mi decepción con Marina también es bastante grande, ha perdido bastante protagonismo y fuerza, esta como desdibujada. Aparte creo que se ha enmarañado todo, en el tramo medio-final de repente recuperaba puntos de vista y personajes que salían de la nada y te hacían sentir bastante perdido. Ojo, me ha gustado, me encanta como va plantando semillas para intrigas políticas, pero a mi personalmente me ha gustado menos que el primero, y ya veo que soy de los únicos XD Un abrazo^^
ResponderEliminarEs una de esas sagas a las que si tuviese más tiempo quizás me lanzara, pero con las limitaciones actuales, mi ritmo de lectura y todo lo que tengo pendiente creo que se quedará en el tintero.
ResponderEliminarSaludos!