martes, 28 de febrero de 2017

#RESEÑA - CALAMITY de B. Sanderson



 Título: CALAMITY
Autor: BRANDON SANDERSON
Editorial: NOVA
Páginas: 412
Traducción: Pedro Jorge Romero






Sinopsis: Los Épicos nacieron cuando Calamity iluminó los cielos. Desde esa noche histórica, el destino de David ha estado entrelazado con el de esos malvados. Steelheart asesinó a su padre. Firefight le robó el corazón. Y ahora Regalia ha convertido a su mayor aliado en un peligroso enemigo. David conocía el secreto del Profesor. Secreto que guardó incluso cuando el Profesor se esforzaba por controlar los efectos de sus poderes épicos. Pero no pudo superar enfrentarse a Obliterarion en Babilar. El Profesor, que fue líder de los Reckoners, se ha entregado totalmente a su destino de Épico. Se ha hundido es esas tenebrosas sombras de violencia propias de todos los Épicos. Y todo saben que de las sombras no se vuelve... Pero todo se equivocan. Es posible redimir a los Épicos. Megan ya lo demostró. No todo está perdido. Al menos, no definitivamente. Y David está lo suficientemente loco como para enfrentarse al Gran Épico más poderoso de la historia con tal de recuperar a su amigo. O al menos, morir intentándolo.




No señores, no es oro todo lo que sale de la pluma de Brandon Sanderson, ya lo comenté en la entradilla de Firefight, y Calamity lo ha confirmado. No, no es oro todo lo que saca, pero sí que mantiene un nivel de plata muy brillante incluso en sus obras menos ambiciosas. Calamity no es una obra maestra, ni siquiera es la mejor de la trilogía Reckoners pero aun así, sigue siendo una obra genial, divertida, más que disfrutable y con un nivel de absorción digno de estudio.

Larga vida a la mente de Brandon Sanderson.

Calamity nos trae el desenlace de la trilogía Reckoners, la serie de ciencia ficción de Sanderson de corte marcadamente juvenil. Es una historia, que como ya ocurriera en los dos primeros, parte de una idea simple y un esquema básico. Ojo, esto no significa que sea un planteamiento malo. Sanderson sabe que funciona la mar de bien con su historia y por eso lo repite. Esquema conocido, distinta trama. Esta vez el enemigo es más poderoso que nunca y se trata de alguien que ya conocemos, lo que le da un fuerte componente emotivo a la batalla entre nuestro grupo de Reckoners y el villano y propicia una carga sentimental mucho mayor a la novela. Calamity tiene momentos realmente tristes que Sanderson compagina muy bien con el tono socarrón que tiene la novela en su mayoría.

Megan - Firefigth


Sin embargo, hay algo que debemos agradecerle a Sanderson en este volumen: la evolución de David y de su relación con Megan. Ya no estamos ante un crío listo con ansias de venganza. Es un protagonista inteligente, capaz de ver más allá de lo establecido y tener amplitud de miras. Se agradece que madure como personaje porque la saga lo hace con él. Los temas principales con los que partía Steelhearth quedan relegados a un segundo plano cuando cuestiones más profundas como los lazos de unión o lo que nos hace realmente humanos, cobran importancia.

Por su parte, Megan, un personaje por el que debo reconocer que no sentía nada positivo cuando apareció, se confirma en este tercer libro como un gran acierto de Sanderson. Contrapunto perfecto de David y con una historia muy bien llevada, consigue que sus apariciones coincidan con los mejores momentos de la novela, además la forma en la que sus poderes están entendidos y empleados ha mejorado mucho, cosa que en Firefight generaba dudas porque no parecían muy limitados. El resto de Reckoners —jamás los llamaré Exploradores— funciona como un grupo bien engrasado, sin perfiles demasiado complicados e intervenciones puntuales correctas, muy en la línea de las bandas a las que Sanderson nos tiene acostumbrados. 

Ildithia


La mente prodigiosa del autor de Nebraska para imaginar mundos vuelve a regalarnos un escenario impresionante. Después de la inigualable Babilonia de Firefight, los Reckoners se verán obligados a luchar en Ildithia, una ciudad móvil que se desplaza en un eterno círculo arrastrado por unos cimientos de sal cristalizada que se destruye y renueva de forma constante. Es un escenario digno de la saga, aunque el menos interesante de los tres libros a mi juicio, por las limitaciones que supone.

Ya hemos dicho que la trama sigue el esquema lineal de la trilogía: malo gobernando una ciudad, Reckoners que se infiltran en ella y traman un plan —que generalmente se va al garete— y enfrentamiento final con el villano. Sin embargo en este caso, aunque el planteamiento es el mismo, se agradecen las variaciones que Sanderson introduce. Aquí la planificación no es tan importante, no hay páginas llenas de costumbrismo ni momentos de descanso. Los enfrentamientos con el villano son múltiples y mucho más espectaculares que en entregas anteriores. Además la aparición de nuevos épicos protagonistas y la presencia caótica del Gran Épico, Obliteration, añaden variaciones que le sientan muy bien al argumento.



Ahora bien, Sanderson peca de nuevo en su gran fallo, los finales precipitados y esta vez lo hace con mayor gravedad. El final está bien en cuanto a solución y respuesta a la gran pregunta, pero abre otras muchas, incluyendo una más que interesante sobre mundos paralelos, que se merecían al menos 50 páginas más. El papel de Calamity requería algo más de tiempo para explayarse en él y queda perdido por la precipitación final. Es cierto que Sanderson ya ha dicho que continuará con este universo a través de una nueva saga pero no puede evitar que la sensación sea que falta algo más.

Respecto a la edición poco más que decir: Nova y mil veces Nova. No hay nada que comentar sobre el sello de Ediciones B que no hayamos dicho ya. Fantástica edición y traducción a la altura, si salvamos el inconcebible error de traducir Reckoners por Exploradores en una decisión que carece de sentido y más siendo un traductor que repite en la saga.

Sanderson una vez más, con todo lo bueno y todo lo malo. Este hombre no baja el nivel y que siga por muchos años. 

PD: Las comparaciones de David son dignas de estudio, ¡chispas!


martes, 21 de febrero de 2017

#RESEÑA - SEIS DE CUERVOS de L. Bardugo



Título: SEIS DE CUERVOS
Autora: LEIGH BARDUGO
Editorial: HIDRA
Páginas: 544
Traducción: Miguel Trujillo Fernández 
 





Sinopsis: Ketterdam:Un desbordante foco de comercio internacional donde todo se puede conseguir por el precio adecuado, como bien sabe el prodigio criminal Kaz Brekker. A Kaz le acaban de ofrecer la oportunidad de llevar a cabo un gran robo, un arriesgado golpe que podría hacerle más rico de lo que se jamás se ha atrevido a imaginar en sus sueños más salvajes. Pero no podrá llevarlo a cabo por sí solo: tendrá que reclutar a un peculiar equipo formado por un convicto, una espía, un pistolero, una Grisha, un ladrón y un fugitivo. Aunque ellos no lo saben, llegado el momento los miembros del grupo de Kaz serán los únicos capaces de salvar el mundo de la aniquilación total. Bueno, lo serán si no se matan entre ellos primero.


La premisa de un grupo planeando el asalto a una fortaleza inexpugnable es algo que hemos visto docenas de veces, y más en el cine, por lo que a priori no era algo muy original que llamara la atención. Es cierto que el hecho de que el libro entero se centre en algo así no es tan común pues normalmente todo forma parte de un plan mayor; el problema de historias así es que pillan mucho las manos de la autora ya que genera una estructura inicial muy lineal y de la que es difícil escapar. Por suerte Leigh Bardugo ha conseguido evitar eso. ¿Que cómo ha conseguido convertir algo tan simple en un buen libro? Dos palabras: buenos personajes.

Qué digo buenos, sensacionales. Es raro, rarísimo, encontrarte un libro con un grupo protagonista en el que cada uno de ellos tenga una historia diferente detrás, un carácter marcadamente particular y coherente con su historia, lazos del pasado y del presente a distintos niveles y una visión de la misma circunstancia radicalmente distinta a la de sus compañeros. Bardugo lo consigue maravillosamente bien. Hemos hablado muchas veces de novelas cuya trama superaba con creces a los personajes, véase El Problema de los Tres Cuerpos, pero en este caso es al revés; Seis de Cuervos es una novela de personajes en la que la trama es solo un escenario. Y funciona, vaya que si funciona.



Va a ser complicado reseñar esta obra sin destripar nada de los personajes así que evitaré ir uno por uno alabando virtudes y defectos y haré una pasada superficial. Empecemos por Kaz, el que lleva el peso principal, líder y tipo guay. No sé por qué (bueno sí que lo sé) pero me recuerda muy mucho a Artemis Fowl; casi parece que Kaz pudiera ser el hermano mayor de Fowl, una versión más dura, con menos compasión y una enorme carencia de escrúpulos. Como siempre pasa con estos personajes, me atraen a la par que me chirrían. Es malo. Mucho. Bardugo se empeña en demostrarlo continuamente, pero luego actúa y piensa como alguien que solo hace maldades porque no sabe salir del paso de otro modo, no quiere, pero lo hace. El personaje está muy bien construido pero por ese binomio de bueno forzado a hacer el mal, al final me ha cansado un poco, sobre todo cuando su “careta” se desmonta de una forma tan poco coherente con su historia, ¡ay el amor redentor de bestias cuánto mal ha hecho!
 
Al margen de Kaz y su relativa decepción final, el resto de personajes sí que cumple con coherencia su papel desde el inicio, incluso Jesper, el que parece menos consistente, acaba por desvelar detalles que lo convierten en un gran personaje, además su relación con otro miembro de la banda es un gran toque de aire fresco del que no diré nada para mantener la sorpresa. Quizá lo más clásico sea el tema de Matías y Nina que se huele desde el infierno, pero aun así no cansa ni peca de la típica brusquedad de estas historias. Pero por encima de todos, destaca el Espectro. Chapó de personaje y de trasfondo. Una mentalidad coherente construida a base de golpes pero sin caer en la oscuridad típica de Kaz. No hay una sola línea del Espectro que cambiase, lo cual sinceramente, es difícil de decir en la mayoría de personajes.


Con respecto al mundo, no hay mucho que decir, es bueno, consistente, con culturas variadas y muestras de que se ha construido con una mitología e historia propias, lo que seguramente se deba a que Bardugo escribió una trilogía original distinta anterior al libro pero en el mismo mundo. No lo he leído, pero gracias a esa historia, el mundo está vivo, quizá sea algo que le ha salido de rebote, pero funciona a la perfección.



Por tanto, tenemos un mundo que funciona, con unos poderes bien pensados y una categorización pesudocientífica de lo sobrenatural bastante razonable, todo unido a unos personajes enormes que sostienen sin problemas cualquier fallo de trama –que los hay- y solventan con sus diálogos las partes más pesadas del libro. Cumple y rebasa las expectativas que tenía puestas en él y demuestra que tener un equipo plural de personajes no implica construirlos de forma superficial.

Al final pierde bastante ritmo y el grupo peca de un amiguismo que durante el resto de la novela no tenía –sí, sé que se trata de que hacen colegas por el camino-, y la hacía más atractiva. Gente obligada a colaborar aunque no quieran siempre es más atractivo que instamigos de golpe y porrazo. Pese a ello es un buen final, acorde al magnífico prólogo, y deja con ganas de más historias en las que ver qué le depara a cada personaje su decisión final.



De la edición hay que reconocer que Hidra ha apostado todo por esta novela. La portada con relieve y la cubierta original con el canto teñido en negro sumado a las ilustraciones interiores hacen que sea una auténtica gozada de edición. La traducción además, está muy trabajada y en ningún momento se notan frases o construcciones extrañas. 

Una obra con personajes memorables, un mundo sólido y la promesa cumplida de entretenimiento basado en ingenio y giros argumentales. Leigh Bardugo da con la clave y consigue una obra redonda. Seis de Cuervos es uno de los grandes aciertos del año.


jueves, 16 de febrero de 2017

#RESEÑA - APRENDIZ DE GUARDIÁN de John Flanagan

Título: APRENDIZ DE GUARDIÁN
Autor: JOHN FLANAGAN
Editorial: HIDRA
Páginas: 308
Traducción: Guiomar Manso de Zúñiga






La editorial Hidra ha reeditado la obra de John Flanagan con vistas a la posible película que lleva rondando los despachos de Hollywood varios años. No es una saga desconocida, aunque en nuestro país goza de poco éxito ha vendido más de 8 millones de ejemplares en todo el mundo. El título con el salió originalmente –a mi juicio más acertado— fue Las Ruinas de Gorlan, ahora convertido en subtítulo, dentro de la Saga de Montaraces. Quizá por la inevitable conexión con el universo de El Señor de los Anillos, no lo sé, el caso es que el cambio de título no le ha sentado nada bien. 

Acabé mi 2016 con esta novela y automáticamente entró en mi top de peores lecturas del año. Recuerdo terminarlo y ponerme a reseñarlo con el cuchillo entre los dientes, sin embargo decidí esperar y dejarlo reposar un poco. El tiempo me ha dado la razón y aunque no lo sacaría del top de peores lecturas, sí es verdad que ha cambiado mi opinión sobre él. ¿Por qué? Sencillo, básicamente porque creo que no es culpa del libro sino mía. Escogí mal. No es un libro enfocado al público del que formo parte. Es una novela juvenil en el sentido más clásico de la palabra, primariamente juvenil me atrevería decir. 

Portada de la primera edición


La historia no puede ser más simple. Joven huérfano, acosado por sus compañeros y por la gente, incapaz de destacar en lo que le gusta pero con una habilidad oculta que hace que llame la atención de un hombre misterioso y molón. Todo bajo la atenta mirada de un adulto poderoso y bondadoso que será su benefactor. Tenemos viaje del héroe, tenemos bulling, tenemos un malo malísimo en la sombra, un poco de magia y un final con pajaritos revoloteando mientras llevan un cartel de final feliz. 

La figura del Guardián (montaraz) es la arquetípica del hombre huraño que vive apartado y es temido y respetado a partes iguales. El típico que va con un arco y la capucha siempre puesta, que habla poco y va envuelto en un aura de misterio. ¿Hay alguien que no se haya imaginado a un tipo así alguna vez? Pues ese es el maestro de nuestro protagonista, Will (nombre jamás usado en una novela), y al que le enseñará con sus particulares métodos, a montar en pony, porque los caballos se cansan rápido al parecer, a seguir rastros y camuflarse o disparar con el arco. Clases para ser un tipo molón, vamos.

Ahora bien, Flanagan no es mal escritor. Lleva muy bien el tiempo de la novela, cumple con creces en la creación de un mundo medieval y lleva con mucho tino la madurez de su protagonista. Es cierto que su argumento es sencillo, pero es que lo tiene que ser, es lo que busca. Una trama juvenil para presentar una saga con visos a complicarla a medida que los protagonistas crezcan (salvando las distancias, es un planteamiento tipo Harry Potter, pero en un mundo más simple). Flanagan también sabe darle más fuerza a su pluma, lo demuestra en el prólogo, donde sin verse lastrado por la voz narrativa de un niño puede desplegar un toque más oscuro y entusiasta. Por eso creo que si sigue ese camino, el resto de la saga sí sería merecedora del éxito cosechado. Fallo mío, ni era una novela para mí ni mucho menos para mis requisitos mínimos en cuanto a fantasía. 

Tipo molón, digo Montaraz, digo Guardián


Es entretenida y cumple su función, pero no esperéis ni un pie fuera del tópico. La mayor muestra de que es una novela de marcadísimo toque juvenil, casi a medio camino entre los últimos retazos de los infantil y las primeras lecturas juveniles, es el modo en el que los protagonistas, todos chicos jóvenes, actúan ante los adultos. Las figuras de autoridad –todos hombres, para variar…— no son cuestionadas nunca más allá de los típicos berrinches infantiles, y acaban llevando la razón, cosa que los protagonistas reconocen después de llevarse la correspondiente lección dramática. Chicos, no corráis riesgos, si os pasa algo, acudid a un adulto. 

No voy a extenderme mucho más. Aprendiz de guardián es una novela para generar gusto por la lectura en los más jóvenes, pero que se queda muy corta si se espera algo más de ella. Quizá el resto de la saga, hasta once libros, ahonde más en sus tramas y personajes, no lo sé y no seré yo quien lo descubra. 

PD: Montaraz siempre ganará a Guardián. Siempre.