jueves, 1 de febrero de 2018

#RESEÑA - FUEGO de Joe Hill




Título: FUEGO

Autor: JOE HILL

Editorial: NOCTURNA

Páginas: 900

Traducción: Pilar Ramírez Tello 








Fuego fue la última novela que leí en 2017 y debo decir que me dejo un mal sabor de boca para acabar el año. La trama no era lo que esperaba, ni mucho menos, y sobre todo, se me hizo lenta y pesada, algo que no soporto en un libro, prefiero con mucho quedarme con la sensación de que habría podido dar más de sí que pensar que me están metiendo páginas y páginas sin ton ni son. Y eso resume lo que ha sido Fuego, una historia que funcionaría bien en 200 o 300 páginas pero que se alarga hasta pasadas las 800.


Nadie sabe dónde y cuándo se originó, pero una plaga se ha extendido por todas partes. Los médicos la llaman «Trichophyton draco incendia»; los demás, escama de dragón, una espora que marca la piel de los contagiados con manchas negras y doradas antes de hacerles estallar en llamas. Y no hay antídoto.

La enfermera Harper Grayson está embarazada y ha visto a centenares de pacientes arder... o los veía antes de que el hospital se incendiara. Ahora sólo puede fijarse en las marcas que han empezado a recorrerle la piel. Mientras todo a su alrededor se ve envuelto en el caos por la enfermedad y los grupos que pretenden exterminar a los contagiados, Harper coincide con un misterioso desconocido que deambula entre los escombros con indumentaria de bombero y las marcas de la espora. Sin embargo, no arde. Es como si hubiera aprendido a usar el fuego a modo de escudo para las víctimas... y de arma contra los verdugos.

La "escama de dragón" o la enfermedad más bonita del mundo


No se puede decir que el argumento no sea atractivo, sobre todo por la protagonista. La idea de una voz narrativa de una mujer embarazada se sale de lo común y tenía muchas ganas de ver cómo lo encajaba en la novela. Bien, esa es la parte que posiblemente más me ha gustado. La forma de pensar de Harper evoluciona con su embarazo y se muestra muy bien las dificultades que tiene y los malos tragos que tiene que pasar, aunque sigo pensando que algunas cosas serían más que difíciles para que una embarazada de ocho meses pudiera lograr. La otra parte positiva es el desencadenante de la novela, la escama de dragón, la enfermedad que está asolando el país. La forma en que la vamos descubriendo, el trato, alejado de todo misticismo que Joe Hill se empeña en darle, su aspecto y características, todo está trabajado al dedillo y se nota que el autor se ha empeñado en conseguir que fuese lo más parecido posible a una enfermedad real, con sus componentes biológicos incluidos, no en vano, lo reconoce en los agradecimientos él mismo. 

Uniendo estos dos grandes puntos fuertes es lógico pensar porqué el primer tercio de novela es el que más me ha gustado. El embarazo y el descubrimiento de la enfermedad, todo ocurre en esta parte, junto con los cambios en la vida de Harper, el encuentro con los personajes y la presentación del Bombero. Si tuviera que elegir me quedaba con las primeras cien páginas, en las que Joe Hill desgrana los endebles cimientos de una sociedad en una pareja fiel reflejo de muchas hoy en día: brillante en la superficie y podrida en su base.




El problema viene cuando empieza el desarrollo. Lejos de querer hacer una novela apocalíptica al uso, Joe Hill decide tomar el camino del costumbrismo, de la vida en una nueva sociedad, con sus nuevos líderes escogidos entre personas corrientes, la búsqueda de suministros y la reorganización de tareas. Muchos personajes, un gran escenario en forma de campamento de verano y personalidades fuertes con instintos básicos y miedos muy arraigados. Esto en teoría debería alumbrar una novela genial, bueno al menos, pero ni mucho menos. Y de fondo, la figura del Bombero, que solo funciona mientras conserva su misterio pero que se va diluyendo conforme avanza la novela. Él es el vértice que sostiene toda la sociedad en la que se ve inmersa Harper y como tal, se mantiene en pie solo al principio. Los giros son previsibles, los personajes se convierten en una maraña de nombres y apellidos caóticos indistinguibles en su mayoría y solo las apariciones del pequeño Nick, con su sordera como aliciente, consiguen borrar el tedio. 

Las imágenes costumbristas se suceden y la novela se transforma en algo que me recuerda mucho a la segunda temporada de The Walking Dead, cada vez que se da un paso hacia adelante, acabamos retrocediendo varios hacia atrás. Sobre el final, poca cosa que decir salvo que las dos sorpresas pierden efecto por lo largo de la espera, lo que las vuelve previsibles al extremo, tanto es así que la escena final se puede entrever desde el inicio del último tercio.
 
Como siempre, no quiero terminar sin hacer referencia a la edición. Nocturna ediciones, en su nuevo sello Noches Negras, ha cuidado al extremo la edición. Además de mantener la portada original, la decisión de cambiar el título, muy acertada, y colocar una tapa dura y papel decente suman muchos puntos a la obra. Respecto a la corrección, es más que digna y recuerdo muy pocas erratas, algo que hay que agredecer. La traducción a cargo de Pilar Ramírez Tello es de esas que deberían estar en todos los libros, esencialmente porque no se nota.

Por desgracia el contenido traiciona al continente y desde mi punto de vista estamos ante una novela con un gran planteamiento y un inicio increíble que se diluye presa de la excesiva longitud de su trama. Es una lástima porque Joe Hill acierta en todas las decisiones salvo en una y eso penaliza la obra hasta el punto de volverla poco recomendable.



 


LO MEJOR:

  • El arranque demoledor
  • La escama de dragón
  • Harper



 
LO PEOR:
  • Ritmo lento
  • Secundarios desdibujados 
  • Final previsible