Libre de spoilers.
Cuando
oí hablar por primera vez de la obra de Grimwood me sentí atraído de inmediato.
Venecia en todo su esplendor, asesinos y el mito del vampiro, todo mezclado en
una historia de asesinatos y traición. Es obvio que las expectativas eran altas
y tenía muchas ganas de hincarle el diente. Quizá el problema haya sido ese,
porque la experiencia no ha sido lo que esperaba.
La Espada Maldita (título, por cierto, que no entiendo una vez
acabado el libro) nos presenta a Tycho, una muchacho que aparece en Venecia sin
saber nada de su pasado ni recordar quién, y “poseído por unos apetitos
inusuales” que por azares del destino acabará convirtiéndose en el centro de
una trama política al mismo tiempo que en aprendiz de Atilo, el jefe de los
Assassini de Venecia, cuya intención es que sea su sucesor. Visto así, la historia
no parece muy original siendo sinceros, pero es el estilo de Grimwood lo que
hace diferente al libro. Y ojo, no digo que eso sea bueno.
Tycho
es el protagonista, es cierto que hay más personajes, pero todo gira en torno a
él, y el problema es que no aparece prácticamente hasta la mitad del libro. Sin
duda, una obra que pretende tener un personaje atractivo no se puede permitir
el lujo de dejarlo abandonado. ¿Qué ocurre durante todo ese tiempo entonces?,
os preguntaréis, pues bien, muy sencillo: todo y nada. Me explico:
Grimwood
tiene un estilo muy peculiar, habrá a quien le guste pero a mí personalmente me
parece un caos que hace que te pierdas cada dos páginas. En la segunda mitad,
justo cuando Tycho obtiene su protagonismo, te acostumbras al ritmo y al
estilo, lo que hace más fácil la lectura, pero durante la primera parte la
narrativa es sencillamente un caos.
Las
escenas se suceden a saltos sin ningún orden aparente, vemos personajes surgir
de la nada, voces que no sabes de dónde vienen, diálogos pronunciados por a
saber quién y los puntos de vista se suceden sin ningún tipo de diferenciación,
dando la impresión de que o bien el narrador es omnisciente en el más puro
significado tradicional de la palabra, o te has equivocado de personaje un par
de párrafos atrás. Es especialmente molesto cuando los hechos que nos narra
parecen ser absurdos e indescifrables. La parte de Lady Giulette es
especialmente significativa, yo por lo menos, me he tirado tres cuartas partes
del libro sin saber ni dónde estaba, ni qué demonios quería y lo que es peor,
sin saber qué creían el resto de personajes de su situación pues a cada
capítulo parecían decir una cosa distinta.
Entiendo
que Grimwood no busca ponerle fácil las cosas al lector y pretender retarlo a
seguir el ritmo, eso me gusta y se agradece, pero se equivoca al confundir un
ritmo trepidante y tramas complejas, con una línea de saltos entre escenas,
personajes desdibujados y diálogos fantasma con personajes que aparecen y
desaparecen de repente.
Como
he dicho, Tycho es nuestro protagonista, pero el elenco de La Espada Maldita es muy amplio. Debo decir que me ha gustado
particularmente el dúo de Alexia y Alonzo, los dos duques que juegan a las
conspiraciones soltándose dardos y confabulando en sombras sin olvidar que
Venecia debe prevalecer frente a sus enemigos. En cambio, el dúo de Atilo y el
capitán Roderigo, que en un principio parecía de gran relevancia, se diluye.
Roderigo sencillamente desaparece y Atilo pasa de ser un hombre peligroso, jefe
de los Assassini, a convertirse en un viejo balbuceante perdido en su propia
sombra. La contrapartida femenina cuenta con Desdaio y Lady Giulette, y sufre
otro tanto de lo mismo. Me han gustado ambas cuando obtienen voz, pero me
irritan demasiado esos momentos de simples damas chillonas que se guían más por
un fugaz encuentro con un desconocido que por la lógica de la situación.
Con
todo, debo decir que la mayoría de personajes ha evolucionado y acaban por ser
atrayentes, pero esto no ocurre hasta la segunda mitad, donde el libro cambia
por completo. El estilo nos es ya más familiar y la transición se hace más
liviana, lo que unido a que la trama parece recuperar algo de sentido y a la aparición
de Tycho, convierte esta parte en un frenesí de acontecimientos entretenidos
que te atrapan hasta el final. Es una lástima, pues Grimwood demuestra aquí que
la habilidad la tiene, por lo que los errores de la primera mitad no se deben a
su falta de pericia si no a algo premeditado.
Un
aspecto a destacar es el mundo que construye. Nos sitúa en la Venecia de siglo
XV, ambiente propicio para este tipo de tramas y con un atractivo siempre inherente
a la ciudad de los canales. Es por eso que Venecia se convierte en un personaje
más aunque el perfil que Grimwood dibuja de la ciudad no se parece a la idílica
ciudad del renacimiento. Es fría, cruel y capaz de engullir a cualquiera que no
sepa qué está haciendo. Es de reconocer el cuidado en los detalles de Grimwood,
que se ha informado mucho y bien, y nos lleva de la mano por decenas de localizaciones
reales. Esto en cambio, tiene otra cara que no me ha gustado tanto. A veces da
la sensación de que quiere demostrar todo lo que sabe de Venecia y muchas veces
suelta información que no influye ni interesa en determinados momentos,
ralentizando el ritmo u obligando a sus personajes a dar largos paseos y rodeos
sin sentido aparente solo para poder mencionar este o aquél monumento.
El
elemento mágico está presente de una forma muy peculiar, pues si bien la magia
existe y se menciona sin muchos problemas, al meterla en mitad de las guerras
religiosas del siglo XV, se ve tratada desde un prisma de misticismo y herejía,
lo que no impide que los poderosos se sirvan de ella. Todo lo relacionado con
el mito del vampiro y sus orígenes, muy relacionado con la magia y lo espiritual,
es un gran acierto de Grimwood, que logra crear una mitología propia sin llegar
a elevar el protagonismo de la magia por encima del de la historia.
En
conclusión, La Espada Maldita es un
libro dividido en dos mitades. La primera supondrá un reto para el lector que
se verá perdido por momentos e incapaz de encontrar algo a lo que aferrarse
para continuar leyendo; por otro lado, la segunda mitad te atrapará hasta el
final. Tengo entendido que forma parte de una trilogía, pero se trata de una
novela autoconclusiva con un final cerrado, así que no temáis quedaros a
medias.
-Caótico
Hola :) Pues veo básicamente que coincidimos de pleno. La primera parte es un libro, estas perdido, no entiendes de donde sale nada ni quien habla ni que pasa ni de que va, ni nada de nada. Parece que el protagonista es Atilo en busca de un aprendiz y que tratará de matar a una criatura extraña que se ha "fugado" de un barco que Roderigo investigo en la aduana. Luego resulta otra cosa complemente diferente, un guerra mayor, un alumno con capacidades especiales, una princesa "secuestrada" y un montón de cosas diferentes. Como dices, las intrigas palaciegas de Alexia y Alonzo son de lo mejor; aunque a mi me gusto mucho la evolución de Tycho en la segunda parte y como tiende a ir descubriendo más cositas de su pasado y acabar aceptando lo que es. El final lo deja por todo lo alto, y a mi con ganas de leer la segunda parte, por ver como prosigue y por que me han dicho que el estilo mejora bastante todavía de la segunda parte de esta novela. En fin, veremos que nos depara. Un saludo^^
ResponderEliminarYo de Tycho sigo sin entender una cosa: si Atilo hace lo que hace en su primer día de "instrucción" y él no quiere seguir con los Assassini, siendo tan fuerte y ya sin nada con lo que le puedan controlar, ¿por qué obedece y sigue con Atilo?
EliminarYo no sé si me atreveré con la segunda parte, me lo pensaré mucho :)
Un saludo ^^
Nos leemos