Título: LOS TRES ABISMOS DE DAMIÁN MUSTIELES
Autor: MIGUEL CÓRDOBA
Editorial: EL TRANSBORDADOR
Páginas: 529
Debo decir que no conocía ni el
libro ni al autor; su publicación me había pasado totalmente desapercibida y
después de tener el placer de leerlo tengo que reconocer que ha sido una suerte
haberlo conocido. Los Tres abismos de Damián Mustieles suponen una experiencia de
entretenimiento y cercanía con muchos aciertos y una más que genial
recopilación de personajes.
Es probable que Damián Mustieles sea tan real como el libro que tienes ahora mismo entre las manos. Pero también existe una posibilidad, por muy descabellada que sea, de que el único y verdadero autor de este legajo fantasmagórico, encontrado por casualidad en una vieja maleta, sea un personaje de letras y papel. Si quieres averiguar la verdad sólo tienes que soplar sobre este montón de páginas amarillentas y limpiar el viejo polvo que lo cubre.«Cena para tres» nos sumerge en una pesadilla de revelaciones y disolución; los acontecimientos que aguardan al escritor Daniel Salas en su recién adquirida segunda residencia no sólo harán tambalear su existencia, sino la de toda su familia.«Malas hierbas» narra cómo los perros de Gran Salto, infectados por un extraño virus extraterrestre, comienzan a entender el lenguaje de un modo más íntimo y descubren el mundo en toda su locura cromática. Cuando se produce el primer ataque al ser humano, sus efectos alcanzarán la categoría de sacrilegio.En «El ruido» cuatro vecinos de la calle Owl sufren el síndrome de la cabeza explosiva, una extraña patología auditiva que los lleva a oír detonaciones y ruidos insoportables a la hora de dormir. Sus vidas no sólo están encadenadas a ese mal, sino también a la desdicha de ser los protagonistas de una historia que no les pertenece.Esta colección de novelas cortas es un laberinto fascinante e imprevisible donde el terror más lunático juega al escondite con el lector. Tres historias entrelazadas en cuyos cercos nos encontraremos con dolores de espalda, amores imposibles y una caja de música capaz de resucitar a los muertos.
Lo primero que me gustaría decir
es un reconocimiento al magnífico tono de metatextualidad que fluye del libro. Miguel
Córdoba nos introduce de lleno en el mundo que habita su mente y lo hace sin
prolegómenos. Empezamos con los agradecimientos y sin darnos cuenta, la intrahistoria
nos asalta. Es el propio prólogo, que en apariencia solo es uno de tantos, el
lugar común entre autor y lector, esa mesa sin adornos donde se produce el cara
a cara al margen de la ficción, el que nos arranca de nuestro refugio y nos
sumerge de lleno en los demonios de Miguel Córdoba y de Damián Mustieles. Ahí
empieza la obra, se levanta el telón y tú todavía no te has sentado.
Es el mismo Miguel Córdoba quien
nos presenta a Damián Mustieles, firmante de los tres manuscritos que contiene
el libro hallados en una maleta abandonada, y personaje anónimo que deja su
huello en cada texto. Y es que al título no se le puede pedir ser más acertado;
se nos muestran tres relatos, tres descensos a los infiernos de forma
individual o en la masa de la sociedad, tres abismos que comparten contenido, que
no forma, y cuyos mordiscos no duelen pero incomodan.
Son textos con tonos muy
distintos, casi más que sus propias tramas, y que entremezclan fantasía y
ciencia ficción en un mismo marco: la ciudad de Gran Salto, el punto de unión
de los tres relatos.
El primero de ellos, Cena para tres, es sin duda el que más
me ha gustado. Primero por su protagonista, Daniel Salas, tan real que casi
podías tocarlo y con una empatía que la pluma de Miguel Córdoba (¿o era Damián?)
te hace sentir desde los primeros y sobrecogedores párrafos. La trama en sí,
tan simple en apariencia, gira en torno a la obra de teatro que está
escribiendo su protagonista y habla mucho y muy bien de las obsesiones, de
apartarse de lo importante y del riesgo que supone el gran enemigo de la vida:
el azar. Como colofón, tiene uno de
los mejores finales que he leído últimamente. La gran pega sería la falta de
definición de la contraparte femenina, casi una mera comparsa en el juego
textual que es la mente de Daniel Salas. Fascinante y atrayente, hace que sea
fácil leerlo de una sentada.
Malas Hierbas es el segundo y el que explota más la prosa del autor
aunque sea con un planteamiento más simplón. De hecho ha sido el que menos me
ha gustado precisamente por eso, la trama transcurre a base de saltos,
sucediéndose en escenas grotescas en las que el autor se deleita jugando con
las esperanzas de los personajes que nos va metiendo continuamente con
calzador. La historia parece más una excusa ramplona y el final es bastante
predecible. Y sin embargo está magníficamente escrito. Las comparaciones, las definiciones
de los personajes en solo unas pocas líneas, la maravillosa capacidad de crear
verdaderos seres humanos en papel, todo ello consigue que la forma te guíe por
encima del contenido y soluciona el gran bache de la obra.
Para acabar tenemos El Ruido que es, en esencia, una forma
de mezclar ambos registros. La trama de nuevo se recrea en un escenario muchas
veces visto, un apocalipsis rocambolesco en el que lo que menos importa es cómo
se desencadena. El gran valor de este relato es el grado de onirismo que el
autor imprime en sus acciones. Juega a los escogidos y luego juega a
decepcionarlos. La gran pena en este caso viene con el final. Abrupto,
truncado, incompleto de forma voluntaria, pero que falla al intentar dejar
preguntas sin responder para generar desconcierto cuyo único resultado es
romper el embrujo.
Así pues, no hay duda de que
Miguel Córdoba es un gran escritor, muy bueno, posee la capacidad de pintar con
pocas palabras cuadros complejos lo que le deja espacio para centrarse en
detalles minúsculos que consigue hacer brillar. El problema es que el
desarrollo de su trama flaquea y el ejercicio, tan fresco al principio, del
manuscrito encontrado acaba diluyéndose a medida que el efecto se pierde en sus
relatos.
Un libro recomendable, muy
entretenido y con facilidad de lectura. Es probable que su primer tercio se te
quede un tiempo en la mente aunque el final no llegará a tanto, pero aún así
Miguel Córdoba logra un gran texto y una excelente muestra de lo que es capaz. Su
mejor obra está por llegar y será endemoniadamente buena.
- Personajes muy vivos.
- Estilo de escritura
- Metatextualidad
Lo peor:
- Final truncado
- Pierde efecto según avanza.
Gracias a Ediciones El Transbordador por el ejemplar.
El transbordador saca cosas muy interesantes y la verdad que tengo muchas en la pila. Me apunto esta novela, no para compra inmediata, pero no pinta mal. Un abrazo^^
ResponderEliminarYo la recomiendo la verda, es lectura ligera y entretenida. Quizá algo larga al final pero acaba mereciendo la pena
EliminarUn abrazo ^^