Hyperion – primer volumen de la saga de Los Cantos de Hyperion de
Dan Simmons – nos cuenta el viaje de siete peregrinos hasta las Tumbas del
Tiempo, hogar del legendario Alcaudón, un ser atemporal que vaga por el planeta
que da nombre al libro y cuya existencia está a medio camino entre la adoración
y la superstición.
Se ha hablado mucho y muy bien de
esta novela y no quiero alargarme con la trama demasiado porque lo verdaderamente
importante de la obra es el juego de información que Simmons nos va entregando
de forma magistral. Puede parecer en un principio que la información es un
bombardeo, pero trascurridas unas pocas decenas de páginas, el shock del inicio
desaparece y lo que queda es un poso sutil en el que Simmons construye su
mundo. ¡Y qué mundo! La humanidad se ha expandido fuera del sistema solar, ha
colonizada cientos de planetas, ha superado guerras, sistemas políticos y
religiones por igual, hasta ha logrado sobrevivir a la independencia de la
inteligencias artificiales, que ahora viven al margen, como aliadas de la
humanidad, en algo llamado Núcleo.
Todo esto lo averiguamos sin
muchos problemas al principio y es entonces cuando llega el genio de Simmons y
empieza a soltar pequeñas píldoras de información por aquí y por allá y antes
de darte cuenta tu mente ha unido esos puntos reconstruyendo el universo de la obra. Sin
muchos aspavientos, Simmons logra superar con un sobresaliente el fallo que
destroza muchas obras de ciencia ficción: crear un mundo en apariencia sencillo
pero dotado de una enorme complejidad. Algo así es difícil de lograr y más en
la ciencia ficción, donde todos los conceptos suenan extraños y los términos
parecen surrealistas. Simmons logra que terminología de motores, armas o
vectores parecen totalmente verosímiles hasta el punto de que acabas dándolo por
sentado al poco tiempo. En mi opinión es el gran pilar sobre el que sustenta de
la obra y lo que hace que sea tan buena.
La nave arbórea, Yggdrasil. |
Regresando a la trama, tenemos
que hablar de John Keats, el poeta inglés es omnipresente en la obra (hay hasta
una ciudad con su nombre) y todo Hyperion, empezando por el nombre, es un
homenaje a su figura. Simmons llega incluso a introducir multitud de versos de
sus poemas. Sabiendo esto, y dado que los personajes saben quién fue Keats,
Simmons se permite meter una gran cantidad de referencias a su persona y a
muchos otros de la llamada Vieja Tierra, así como países, guerras y sucesos
históricos de nuestro pasado y de un futuro inventado convertido en historia para
los habitantes del universo de Hyperion. Vemos de nuevo pues, que el manejo de la
información y el ensamblaje del mundo está perfectamente pensado, más cuando a
medida que avanza la trama, las informaciones sobre la organización sociopolítica
de dicho universo se convierten en piezas clave para entender lo que está
pasando. Sin diálogos farragosos ni párrafos de descripciones inmensas, Simmos
te da todo lo que necesitas para unir los puntos como si de un pasatiempo de
juntar números con líneas se tratase, y del mismo modo, acabas viendo el dibujo
oculto con total precisión.
La portada más chula que he visto. |
Hablemos de los peregrinos.
Alrededor de las Tumbas del Tiempo y de la figura del Alcaudón se ha creado
toda una religión, que es la encargada de organizar las expediciones a Hyperion
para plantear una solicitud al Alcaudón. Cada peregrino sabe que se enfrenta a
la muerte pero aun así las listas de espera son enormes. En el momento que
narra la obra, estamos ante la última peregrinación a Hyperion, pues una guerra
interestelar amenaza la paz del universo. Los siete peregrinos se encuentran
ante un planeta casi desierto en el que se ven obligados a seguir su camino sin
posibilidad de retorno. La diversidad de los peregrinos es otro de los puntos
fuertes del libro, aunque he echado de menos alguna presencia femenina más.
Tan dispares son sus historias y
aspectos, como sus intenciones y los caminos que les han llevado hasta allí.
Nuestro foco se centra en el Cónsul, que nos guía por toda la peregrinación
después de que fuese obligado a desplazarse hasta el planeta del Alcaudón.
Junto a él viajan un poeta, un religioso, un profesor, una investigadora
privada, un militar y un templario (en el mundo de Hyperion los Templarios han
cambiado bastante, de hecho son el grupo más misterioso y del que menos
información tenemos). Una vez que se reúnen los siete en la nave que les lleva
a Hyperion, comienzan a relatarse unos a otros sus historias, convirtiendo en
esencia el libro en una novela de relatos con un nexo común.
Como en cualquier recopilación de
relatos, los hay de muchos tipos y algunos son más atractivos que otros
dependiendo el gusto, pero Simmons logra que cada uno tenga una voz individual
y propia según el peso narrativo recae en los distintos personajes. Por ejemplo,
la historia del poeta está llena de giros del lenguaje, recursos líricos y
términos prosaicos y arcaicos, mientras que la del militar es concisa, directa
y parca en descripciones, muy al estilo del ejército.
Debo decir que me ha sorprendido
el grado de creación de los relatos, a cada cual más original aunque me quedo
con el de la detective privado, una genialidad respecto a las IA y sobre todo
con el del Profesor. Hacía mucho tiempo que una historia no me encogía el
corazón y su relato lo consiguió. Recomiendo leerlo sin pausas para que no
pierda el efecto porque es sencillamente maravilloso, un ejercicio de
sensibilidad sin caer en la lágrima fácil que tantos confunden con escribir
historias tristes.
Por contra, la historia del
militar es la que menos me ha gustado, aunque introduce una buena reflexión
sobre las guerras a lo largo de la historia de la humanidad. El hombre puede
colonizar planetas y superar los límites del espacio, pero no dejará atrás su
inefable condición humana que lo lleva a caer en el poder y el egoísmo una y
otra vez.
Como podéis ver, es una obra que
me ha gustado mucho y la he disfrutado de cabo a rabo, sin embargo tiene un
enorme pero: el final. Sé que quedan libros
por leer, sé que la historia continúa y que la chicha no acaba en un libro,
pero una cosa es eso y otra dejar un final abrupto y cortado que más bien
parece el salto de un capítulo cualquiera. No es impactante, ni chocante, ni siquiera
te deja con la miel en los labios, sencillamente se acaba. Una pena con todo el
trabajo que había detrás. Deduzco que leyendo acto seguido la segunda parte
este salto apenas se nota pero si hacéis una pausa como yo, os quedaréis con
cara de tontos.
Por último no quiero dejar pasar
algo que me ha molestado profundamente: las erratas. Nova es una de las mejores
editoriales de este país y de mis preferidas, no acostumbran a cometer errores
tan abundantes, pero Hyperion está plagado de erratas, algunas muy chirriantes.
La fe de erratas podría llenar dos páginas perfectamente y es algo que se
debería tener más en cuenta al reeditar una obra.
En definitiva una obra que hay que
leer y más teniendo la edición de nova tan reciente, cuyas secuelas espero
tener pronto. Ciencia ficción de la buena, de lo mejor que he leído del género
desde Dune y una historia estupenda
que espero que solo vaya a mejor en las secuelas.
¡Tened cuidado con el Alcaudón!
Hola :) Esta obra es brutal y daría para hablar horas y horas con unas buenas cañas XD Me ha flipado la imagen de la Yggdrassil, muy buena! Lo que me sorprendió de Hyperion es como aunque cada historia es tan diferente, como las conecta, como te hace unir todo su universo y te obliga a querer hacerlo. Además de repente controlas todos los conceptos como teleyector, cruciforme, cibrido, naves arboreas,...etc. Ya no digamos los personajes, cada uno puede gustarte más o menos, pero calan hondo. Mis favoritas son la historia de Sol (creo que todos lloramos), la de Brawne lamia por que a mi el mundo tecnologico me flipa y como se inserta en la Red y el tecnonucleo y nos va revelando cositas sobre las IA y sus facciones. Luego la de Silenus me hizo reir, sus momentos como su casa con puertas a varios mundos o sus bestseller, también sus momentos con Triste rey Billy. La de Kassad y el Cónsul fueron las que menos me atraparon, pero son importantes en la Caida. Espero que disfrutes el segundo volumen, que cierra la historia. Yo pronto me pondré con el último, a ver que tal, pero el tercero ya ha sido una cosa diferente, no tiene esa magia. Un abrazo^^
ResponderEliminarLa verdad es que el mundo es espectacular. Me declaro fan del término cibrido jaja me encanta.
EliminarYa vi tu reseña pero me dio miedo comerme algún spolier del desenlace jajaja dentro de poco de hincaré el diente al segundo y veremos si está a la altura.
Un saludo ^^
Nos leemos
Buenas~
ResponderEliminarMe he releído hace poco el libro pero para no saturar diría que en general estoy de acuerdo contigo, en especial con las voces de los personajes (aunque alguna me falla un poco) Y QUE LA HISTORIA DEL PROFESOR ES LA MEJOR Y LA QUE MÁS DUELE. He dicho. No hay vuelta de hoja.
Luego quería señalar que no es que el libro se acabe sin más, sino que Los cantos de Hyperion son una obra completa que tuvieron que cortar por algún lado para poder venderla, como se hizo (creo) con Festín de Cuervos, en dos tomos porque era demasiado gorda para poner un único libro a la venta. Es una putada, sí, pero si la editorial lo manda, es lo que toca. Simmons no iba a escribir un "final" cuando no había ninguno porque la historia no termina ahí xD.
Tengo curiosidad por ver qué opinarás con la segunda parte. Ánimo y me alegra que hayas disfrutado este novelón~
Atte. Rika.
P.D.: las erratas me hicieron llorar sangre.
hola!
EliminarPues no tenía ni idea de eso pero explica muchas cosas, me extrañaba mucho que después de semejante novelón, hiciera un final así, pero si fue cosa de la editorial tiene mucho más sentido :)
tengo muchas ganas del segundo ^^
UN saludo