martes, 19 de abril de 2016

RESEÑA - READY PLAYER ONE, E. Cline




"Estamos en el año 2044 y, como el resto de la humanidad, Wade Watts prefiere mil veces el videojuego de OASIS al cada vez más sombrío mundo real. Se asegura que esconde las diabólicas piezas de un rompecabezas cuya resolución conduce a una fortuna incalculable. Las claves del enigma están basadas en la cultura de finales del siglo XX y, durante años, millones de humanos han intentado dar con ellas, sin éxito. De repente, Wade logra resolver el primer rompecabezas del premio, y, a partir de ese momento, debe competir contra miles de jugadores para conseguir el trofeo. La única forma de sobrevivir es ganar; pero para hacerlo tendrá que abandonar su existencia virtual y enfrentarse mundo real, del que siempre ha intentado escapar."



Después de varios meses escuchando hablar de Ready Player One  por todas partes, me decidí a encargarlo, pero no fue hasta un tiempo después que finalmente cayó en mis manos. No pude hacer nada mejor para disfrutar un poco entre novelas más pesadas y dejar que el niño que llevamos dentro diera saltos de alegría. 

Ready Player One  puede ser muchas cosas, pero aburrida no es una de ellas.

Ernest Cline ha saltado a la fama con esta historia que homenajea a los años ochenta, pasando por la música y el cine pero sobre todo centrándose en los videojuegos. Todo Ready Player One  – incluso desde el mismo título – es un videojuego, pero no uno cualquiera, de esos que te hacen pasar horas pegado a la pantalla para ir superando dificultades. 

Nuestro protagonista es Wade Watts, quien ya de por sí tiene nombre de superhéroe o de identidad secreta, no en vano el propio personaje dice que su padre se lo puso por eso. Wade vive en la américa del 2044, en la que la crisis ha alcanzado proporciones bíblicas sumiendo las grandes ciudades en un caos ante la falta de petróleo y ha convertido el mundo en algo así como una tierra abandonada salvo por las enormes urbes. En las afueras de una de ellas vive, Wade, en lo alto de una torre de autocaravanas que se han construido a modo de edificios improvisados para solucionar el problema de espacio, escabulléndose de su tía con la que vive y a la que no guarda gran cariño. Para rizar aún más el rizo del protagonista, es huérfano, uniéndolo así a la larga lista de protagonistas sin padres. El amor de Cline por las historias clásicas queda patente en todo lo que rodea a su protagonista. El pobre Wade Watts vive en la miseria, con una tía que no le quiere, sin amigos, antisocial e incapaz de decir dos palabras seguidas a un ser humano, lo que le lleva a obsesionarse con el ídolo de su infancia, el creador de videojuegos Halliday, y a consecuencia del gusto de este, también por los videojuegos clásicos y la cultura que los rodea. Pero si el protagonista apenas se mueve de su escondite y no interactúa con ningún ser humano, ¿cómo lleva entonces la voz protagonista? Muy fácil, en el mundo virtual. 


Y es que ese mundo en decadencia ha dado a luz a una industria muy avanzada de realidad virtual, y en ella, destaca el videojuego Oasis, creado por Halliday y eje central del libro, el sueño húmedo de todos los amantes a los videojuegos. Cline crea el juego perfecto en el único sitio donde es posible: su imaginación, lo bueno es que logra meteros en él con mucha habilidad.

El genio creador de Oasis, Halliday, es un Cline disfrazado, como el avatar de un juego, un tipo capaz de hacer fortuna con videojuegos y al mismo tiempo ser una fanático de los ochenta. Así, cuando muere sin descendencia y más antisocial que nuestro protagonista, decide crear una búsqueda del tesoro en el interior de su juego, que en alarde de consideración, ha convertido en gratuito para que todo el mundo pueda jugar (igualito que en la realidad). Es aquí cuando nuestro muchacho antisocial, armado con su sistema público de realidad virtual pagado por el gobierno para darle acceso a educación vía Oasis, emprende la búsqueda del tesoro de su ídolo. El problema es que pasan los años y nadie encuentra nada, todo indica que le premio no existe y es todo un engaño, hasta que un buen día, ¡premio! Wade Watts, en la piel de su avatar, Parzival, encuentra la primera pista y los acontecimientos se desencadenan.

Ready Player One  es un ejercicio de diversión con mayúsculas. Cada página es un nivel del videojuego y los personajes son avatares que solo conocemos por su personalidad. A medida que avanza la trama se nos presenta el equipo de amigos de Parzival, formado por su amigo de toda la vida (en Oasis claro) Hache, la misterioso Art3mis y los hermanos japoneses Daito y Shoto. De mano de sus avatares, vamos conociendo el mundo de Oasis en profundidad. Todo es un gigantesco mundo abierto plagado de referencias a los ochenta, con réplicas de mundos de ciencia ficción, subidas de nivel, objetos mágicos y pruebas a superar.



Los secundarios están trabajados en un primer momento pero quizá se diluyen demasiado con el paso del tiempo y la historia de amor está un poco metida con calzador. Es la única pega que le puedo poner, porque sinceramente, me ha encantado. Me he ventilado las cuatrocientas y pico páginas en un par de días y las referencias a videojuegos, las corporaciones malvadas que quieren hacerse con el control y el manejo del mundo real mezclado con el virtual me han sacado una sonrisa más de una vez. Todo es tan freak que sencillamente no puede hacer otra cosa que disfrutarlo.

Oasis es el videojuego soñado por todos y Ernest Cline logra que juegues durante lo que dura el libro. Lo freak es la norma y los nerds se convierten en populares, con Wade Watts y su avatar, Parzival, a la cabeza. 

A medida que la trama avanza y vamos resolviendo pistas, el juego se convierte en un reto para nosotros también y seremos incapaces de detener la lectura, como en aquellas máquinas antiguas en las que siempre echabas una moneda más para seguir jugando.


 

Un libro recomendado para todos, amantes o no de los videojuegos, porque en Oasis todo el mundo tiene cabida y las páginas de Ready Player One  no te soltarán hasta que completes la búsqueda del tesoro y te hagas con el premio…si es que consigues llegar al final sin ver el Game Over.


-Caótico.

5 comentarios:

  1. Me encantó esta novela aunque reconozco que tuve empacho de datos ochenteros (a veces el autor se pasa de información) y que, como a ti, la historia de amor me pareció forzada. Aún y así es muy original y entretenida. A ver qué tal Armada... ;)

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    1. Pues estoy acabándo con ella ahora mismo jajaja es del mismo corte anque tiene diferencias. Ya la reseñaré a fondo :)
      Un saludo ^^
      Nos leemos

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  2. Hola :) Que sepas que por tu reseña, que esta entre este y cogerme Embassytown para mi pedido del día del libro, finalmente me acabe decantando por este, por que tengo ganas de revivir mi yo ochentero (aunque no haya vivido esa época, me gusta mucho) y disfrutar de una entretenida novela que parece que se lee sola. Un besin^^

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    1. Estoy convencido de que te gustará :) Es puro entretenimiento y un homenaje a los videojuegos.
      Ya me contarás ^^
      Nos leemos

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  3. Me han hablado muy bien de este libro y cada vez tengo más ganas de leerlo. De hecho, creo que en la web de Nova pusieron y todo un link a su "banda sonora". Así da gusto leer ^^

    Si te gustan los book tags, te he nominado al de premios best blog. Puedes pasarte por aquí para ver de qué va http://masqueveneno.blogspot.com/2016/05/book-tag-premios-best-blog.html ¡Nos leemos! :D

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