"Estamos en el año 2044 y, como el resto de la humanidad, Wade Watts
prefiere mil veces el videojuego de OASIS al cada vez más sombrío mundo
real. Se asegura que esconde las diabólicas piezas de un rompecabezas
cuya resolución conduce a una fortuna incalculable. Las claves del
enigma están basadas en la cultura de finales del siglo XX y, durante
años, millones de humanos han intentado dar con ellas, sin éxito. De
repente, Wade logra resolver el primer rompecabezas del premio, y, a
partir de ese momento, debe competir contra miles de jugadores para
conseguir el trofeo. La única forma de sobrevivir es ganar; pero para
hacerlo tendrá que abandonar su existencia virtual y enfrentarse mundo real, del que siempre ha intentado escapar."
Después de varios meses
escuchando hablar de Ready Player One
por todas partes, me decidí a
encargarlo, pero no fue hasta un tiempo después que finalmente cayó en mis
manos. No pude hacer nada mejor para disfrutar un poco entre novelas más
pesadas y dejar que el niño que llevamos dentro diera saltos de alegría.
Ready Player One puede ser
muchas cosas, pero aburrida no es una de ellas.
Ernest Cline ha saltado a la fama
con esta historia que homenajea a los años ochenta, pasando por la música y el
cine pero sobre todo centrándose en los videojuegos. Todo Ready Player One – incluso
desde el mismo título – es un videojuego, pero no uno cualquiera, de esos que
te hacen pasar horas pegado a la pantalla para ir superando dificultades.
Nuestro protagonista es Wade
Watts, quien ya de por sí tiene nombre de superhéroe o de identidad secreta, no
en vano el propio personaje dice que su padre se lo puso por eso. Wade vive en
la américa del 2044, en la que la crisis ha alcanzado proporciones bíblicas
sumiendo las grandes ciudades en un caos ante la falta de petróleo y ha
convertido el mundo en algo así como una tierra abandonada salvo por las
enormes urbes. En las afueras de una de ellas vive, Wade, en lo alto de una
torre de autocaravanas que se han construido a modo de edificios improvisados
para solucionar el problema de espacio, escabulléndose de su tía con la que
vive y a la que no guarda gran cariño. Para rizar aún más el rizo del
protagonista, es huérfano, uniéndolo así a la larga lista de protagonistas sin
padres. El amor de Cline por las historias clásicas queda patente en todo lo
que rodea a su protagonista. El pobre Wade Watts vive en la miseria, con una
tía que no le quiere, sin amigos, antisocial e incapaz de decir dos palabras
seguidas a un ser humano, lo que le lleva a obsesionarse con el ídolo de su
infancia, el creador de videojuegos Halliday, y a consecuencia del gusto de
este, también por los videojuegos clásicos y la cultura que los rodea. Pero si
el protagonista apenas se mueve de su escondite y no interactúa con ningún ser
humano, ¿cómo lleva entonces la voz protagonista? Muy fácil, en el mundo virtual.
Y es que ese mundo en decadencia ha
dado a luz a una industria muy avanzada de realidad virtual, y en ella, destaca
el videojuego Oasis, creado por Halliday y eje central del libro, el sueño
húmedo de todos los amantes a los videojuegos. Cline crea el juego perfecto en
el único sitio donde es posible: su imaginación, lo bueno es que logra meteros
en él con mucha habilidad.
El genio creador de Oasis,
Halliday, es un Cline disfrazado, como el avatar de un juego, un tipo capaz de
hacer fortuna con videojuegos y al mismo tiempo ser una fanático de los
ochenta. Así, cuando muere sin descendencia y más antisocial que nuestro
protagonista, decide crear una búsqueda del tesoro en el interior de su juego,
que en alarde de consideración, ha convertido en gratuito para que todo el mundo
pueda jugar (igualito que en la realidad). Es aquí cuando nuestro muchacho
antisocial, armado con su sistema público de realidad virtual pagado por el
gobierno para darle acceso a educación vía Oasis, emprende la búsqueda del
tesoro de su ídolo. El problema es que pasan los años y nadie encuentra nada, todo
indica que le premio no existe y es todo un engaño, hasta que un buen día,
¡premio! Wade Watts, en la piel de su avatar, Parzival, encuentra la primera
pista y los acontecimientos se desencadenan.
Ready Player One es un
ejercicio de diversión con mayúsculas. Cada página es un nivel del videojuego y
los personajes son avatares que solo conocemos por su personalidad. A medida
que avanza la trama se nos presenta el equipo de amigos de Parzival, formado
por su amigo de toda la vida (en Oasis claro) Hache, la misterioso Art3mis y
los hermanos japoneses Daito y Shoto. De mano de sus avatares, vamos conociendo
el mundo de Oasis en profundidad. Todo es un gigantesco mundo abierto plagado
de referencias a los ochenta, con réplicas de mundos de ciencia ficción,
subidas de nivel, objetos mágicos y pruebas a superar.
Los secundarios están trabajados
en un primer momento pero quizá se diluyen demasiado con el paso del tiempo y
la historia de amor está un poco metida con calzador. Es la única pega que le
puedo poner, porque sinceramente, me ha encantado. Me he ventilado las cuatrocientas
y pico páginas en un par de días y las referencias a videojuegos, las
corporaciones malvadas que quieren hacerse con el control y el manejo del mundo
real mezclado con el virtual me han sacado una sonrisa más de una vez. Todo es
tan freak que sencillamente no puede hacer otra cosa que disfrutarlo.
Oasis es el videojuego soñado por
todos y Ernest Cline logra que juegues durante lo que dura el libro. Lo freak
es la norma y los nerds se convierten en populares, con Wade Watts y su avatar,
Parzival, a la cabeza.
A medida que la trama avanza y
vamos resolviendo pistas, el juego se convierte en un reto para nosotros
también y seremos incapaces de detener la lectura, como en aquellas máquinas
antiguas en las que siempre echabas una moneda más para seguir jugando.
Un libro recomendado para todos,
amantes o no de los videojuegos, porque en Oasis todo el mundo tiene cabida y
las páginas de Ready Player One no te soltarán hasta que completes la búsqueda
del tesoro y te hagas con el premio…si es que consigues llegar al final sin ver
el Game Over.
-Caótico.
Me encantó esta novela aunque reconozco que tuve empacho de datos ochenteros (a veces el autor se pasa de información) y que, como a ti, la historia de amor me pareció forzada. Aún y así es muy original y entretenida. A ver qué tal Armada... ;)
ResponderEliminarPues estoy acabándo con ella ahora mismo jajaja es del mismo corte anque tiene diferencias. Ya la reseñaré a fondo :)
EliminarUn saludo ^^
Nos leemos
Hola :) Que sepas que por tu reseña, que esta entre este y cogerme Embassytown para mi pedido del día del libro, finalmente me acabe decantando por este, por que tengo ganas de revivir mi yo ochentero (aunque no haya vivido esa época, me gusta mucho) y disfrutar de una entretenida novela que parece que se lee sola. Un besin^^
ResponderEliminarEstoy convencido de que te gustará :) Es puro entretenimiento y un homenaje a los videojuegos.
EliminarYa me contarás ^^
Nos leemos
Me han hablado muy bien de este libro y cada vez tengo más ganas de leerlo. De hecho, creo que en la web de Nova pusieron y todo un link a su "banda sonora". Así da gusto leer ^^
ResponderEliminarSi te gustan los book tags, te he nominado al de premios best blog. Puedes pasarte por aquí para ver de qué va http://masqueveneno.blogspot.com/2016/05/book-tag-premios-best-blog.html ¡Nos leemos! :D