RESEÑA - ARMADA, E. Cline

Zack Lightman es un chaval normal, lo único en lo que destaca es en los videojuegos. Vive una aburrida vida en un pequeño pueblo hasta que un buen día ve aparecer un platillo volante delante de su instituto, pero no uno cualquiera, uno que reconoce muy bien pues es idéntico al que ve a diario en su videojuego favorito. A partir de ese momento, la vida de Zack dará un vuelco cuando todo lo que creía irreal se convierta en una aterradora verdad.

Después del arrollador éxito que supuso Ready Player One, Ernest Cline vuelve a la carga con Armada, una novela cargada de imaginería popular en la que nuestro protagonista tendrá que hacer frente a una invasión alienígena con sus mejores armas: los videojuegos.

Está claro que Cline es un niño grande, que ama los 80 en todas sus formas y que siente debilidad por los videojuegos. Esto ya lo sabíamos todos después de Ready Player One, el problema viene cuando trata de hacer de esa pasión suya el eje principal de dos novelas distintas. Cline basa sus dos obras en los mismos pilares y el resultado es el lógico: dos libros con más similitudes que diferencias. Tras el bombazo de Ready Player One, uno pensaría que esto es una buena noticia, pero nada más lejos de la realidad. Cline repite en Armada los mismo errores solo que esta vez los une a una trama muy floja, previsible y cargada de obviedades.

El mundo de los videojuegos permite, como el de la literatura, que todo pueda hacerse realidad. Tú puedes decir que tu héroe vuela y lanza rayos o que una toxina incurable revive a los muertos, vale, nosotros lo aceptamos, forma parte del elemento fantástico, el problema es que no somos idiotas. Consciente o inconscientemente, nos creemos aquello que por descabellado que suene, tenga un mínimo de sentido; en otras palabras, tiene que ser verosímil. Armada no lo es, ni de lejos.

El primer cuarto del libro parece la presentación de un videojuego, quizá es la idea de Cline, pero no consigue crear el poso consistente que debe tener un inicio. El gran misterio del libro se descubre en cuanto se menciona, tanto es así que Cline tiene que desvelarlo muy rápido, seguramente mucho antes de lo que hubiera querido, y esto se debe en parte a lo que ya sabemos de Cline. Cuando todo tu estilo se basa en los videojuegos, series y películas clásicas, tienes que nadarte con ojo o tú mismo caerás en tu trampa. A poco que hayas visto algo de ese mundo podrás descubrir sin duda todas las sorpresas que esconde el libro. Tenemos al chico inadaptado pero inteligente, los dos amigos alegres pero supeditados al prota, la madre luchadora y ¡cómo no!, enfermera, el padre muerto en extrañas circunstancias que nunca que solo conoce a través de un legado en forma de cajas y conspiraciones. Creo que con esos elementos podemos arrancar más de la mitad del cine geek de los ochenta.

 

El escudo de la Alianza de Defensa Terrestre.

El otro gran fallo de Cline al margen de la trama son los personajes. Zack Lightman es el protagonista y básicamente el libro entero. A pesar de querer darle una mayor profundidad con una supuesta vena agresiva que le hace tener que controlarse – supuesta porque no aparece ni una sola vez en todo el libro – es más plano que una plancha. Un chaval que ama los videojuegos, listillo y por momentos bipolar, además de padecer una obsesión con todo lo que rodeaba a los años 80, ¡qué novedad! Los secundarios, si es que los hay, no son más que meros topicazos uno detrás de otro, desde sus amigos de la infancia, hasta la chica que tiene que aparecer porque Zack tiene que llevársela para cumplir el canon de los 80. 

A pesar de todo lo anterior, debo reconocer que Armada es entretenida, mucho en realidad, cuando consigues evadirte de la idea de que es algo que ya has visto y de que no tiene ni pies ni cabeza, resulta un libro ameno y que acabarás en poco tiempo. El tema de la invasión está tratado desde un punto de vista un poco infantil y las menciones a personajes reales chirrían un poco al chocar contra la inverosimilitud de la trama, pero por otro lado es interesante la mini vuelta de tuerca del final y el origen de la entidad extraterrestre; además las escenas de combate son casi lo mejor del libro, se nota que Cline ama los videojuegos porque todo lo relacionado con el diseño de naves y jugabilidad lo maneja a la perfección.

Es un libro que se puede salvar, seguramente de haber aparecido sin tanto hype detrás y alejado de la alargada sombra de Ready Player One hubiese conseguido mejor acogida, pero pierde la comparación por goleada y sirve más para saciar los sueños de Cline que otra cosa. Él mismo ya ha dicho que tiene pensada una secuela y el final lo deja bastante claro, esperemos que para entonces haya sabido aprender de sus errores y consiga crear algo más allá de la temática ochentera.

Si has leído El Juego de Ender y visto Starfighter, Armada se te quedará corto y te parecerá un refrito, si no, bueno, nunca viene mal echar una partidita de prueba aunque ni de lejos te dejará el buen sabor que Ready Player One.