Si
te gusta la fantasía en cualquiera de sus formas y a estas alturas no conoces a
Geralt de Rivia, muy mala suerte has debido de tener. Prepárate para hacerle un
hueco a uno de los grandes, grandísimos, personajes de la fantasía. Como
muestra, baste que su figura ha dado para películas, videojuegos (hasta tres) y
un largo etcétera. Además, hollywood ya ha anunciado una película en condiciones para 2017: http://www.laespadaenlatinta.com/2015/11/pelicula-geralt-rivia-andrzej-sapkowski-2017.html (vía http://www.laespadaenlatinta.com/)
Con
todo, hay que decir que en El Último
Deseo, Sapkowski tan solo nos introduce al personaje y apenas muestra la
superficie de una figura tan rica en detalles como es Geralt. No obstante, que
el concepto de novela introductoria no os lleve a equívoco, la obra se puede
leer solita y sin nada más, y aun así disfrutarla como un enano. Geralt entretiene y mucho, su carácter
cínico y su humor negro te harán encariñarte con él y ni siquiera el punto
de previsibilidad que tiene te hará perder interés en las andanzas del brujo.
Porque Geralt es brujo, pero un
brujo muy alejado del típico personaje vestido con capa que murmura unas
palabrejas y agita un caldero humeante.
Geralt lleva espadas, sí, dos, a la espalda, una de plata por cierto, va de
pueblo en pueblo con la única compañía de su yegua y se gana las monedas
cazando monstruos de todo tipo, desde basiliscos hasta estigres. Esta es la
premisa que nos da Sapkowski, un personaje que deja entrever un pasado oscuro y
tortuoso, revelando a pinceladas aspectos de su vida anterior y de cómo llegó a
convertirse en lo que es, mezclándolo con acción sin paliativos que sin embargo
no es ni mucho menos el centro del libro. Geralt
mata monstruos y veremos muchos y de diversos tipos, pero no son ellos los
protagonistas del libro, el auténtico hilo conductor es la forma en la que
los humanos interaccionan con estos monstruos.
No
es descabellado pensar en El Último Deseo
como una novela que ofrece cierta reflexión, incluso llega a tener ciertos
tintes ecologistas en el afán de algunos personajes por proteger a las criaturitas
que están en peligro de extinción por personajes como Geralt. El mundo que
vemos de la mano del brujo es de todo menos acogedor, con monstruos o sin
ellos, en cada pueblo que recorremos vemos al hombre en todo su esplendor,
desde los asesinatos hasta la codicia más pura. Curiosamente, uno de los personajes más humanos del libro, acaba siendo
uno de los monstruos (no diré más para no caer en el spoiler)
El Último Deseo está orquestado como una colección de relatos, seis
en concreto, mezclados con las partes tituladas La voz de la razón que vendrían a ser las situadas en el presente,
mientras que las otras se nos muestran como recuerdos de las aventuras del
mago. Aunque los relatos no están conectados entre sí, son un disfrute por su
variedad que va mucho más allá del simple “voy a un pueblucho, me cargo al
bicho y a correr”. Hay mucho y muy bueno
que rescatar en cada relato, aunque personalmente me quedo con El Mal Menor.
Una
de las mejores cosas del libro son sus personajes secundarios. Sapkowski tiene
un don para perfilar en cuatro trazos un personaje y que resulte creíble. Los secundarios de cada relato dan mucho
juego y algunos se quedan en la memoria con cariño pese a las atrocidades que
puedan cometer. Ahora bien, si hablamos de los personajes secundarios, evidentemente,
destacan tres, los que van más allá de ser meras comparsas y por lo que sé,
aparecen en el resto de libros. La Sacerdotisa, tan solo presente en las partes
situadas en el presente, es una de mis favoritas, no tiene intervención que no
sea memorable y su relación casi madre-hijo con Geralt está muy bien llevada.
El bardo y la odiada-querida a partes iguales, hechicera, concluyen el trío. El
bardo quizá sea el menos interesante, pero es cosa mía que les tengo un poco de
manía a este tipo de personajes lapa. La hechicera es harína de otro costal. No
solo Geralt encuentra en ella la horma de su zapato, si no que muestra a la
perfección lo que un personaje femenino puede dar de sí sin necesidad de nada
más que su presencia en solitario sin apoyo de una contrapartida masculina.
Sí tengo que ponerle una pega,
serían los diálogos en ciertos momentos.
En la gran mayoría están perfectamente introducidos pese a la curiosa falta de
verbos dicendi, pero hay ciertos
momentos en los que el cinismo de Geralt y sus silencios se rompen con algunas
frases que, si no le conociéramos, nos harían pensar en él como un memo. Eso me ha rechinado bastante porque rompe
mucho con el carácter del personaje que ha dibujado en el resto del libro.
El Último Deseo es la primera novela de la Saga de Geralt de Rivia
y por tanto la primera que leo (ya estoy con la segunda) pero sin duda se abre
paso con fuerza para quedar a buen recaudo en tu estantería a la espera de sus
secuelas, prometiendo más aventuras del brujo que cazaba monstruos, humanos o
no.
Enormemente recomendable.
- Caótico
Es un libro buenísimo, incluso aunque se aborde como lectura única, tal como dices. Al igual que tú, me quedo con El Mal Menor (y eso que hace bastante que lo leí y requiere ya una relectura). Coincido también con lo de Jaskier, que es un personaje al que no acabé de cogerle el punto (me ha hecho gracia eso de personajes-lapa, jaja).
ResponderEliminarNo recuerdo, sin embargo, que los diálogos me rechinaran. La traducción de Jose Mª Faraldo es prodigiosa (sobre todo teniendo en cuenta que traer a nuestra lengua términos y expresiones propias y del folclore polaco no debe de ser tarea fácil).
Por cierto, no sé si sabes que además de los videojuegos, también hay publicados -hasta la fecha- un par de cómics de The Witcher por Norma Editorial.
Saludos!
Cuando digo que los diálogos rechinan en ciertos momentos no em refiero a la traduccion (es magnífica la verdad) si no por ciertos momentos en la forma de comportarse de Geralt que no me cuadran del todo con el resto del personaje. Pero es muy puntual y por sacarle una pega jajja
ResponderEliminarlo de los cómicos no lo sabía pero los cotillearé ya que no puedo disfrutar el juego :(
Por lo demás, me alegro de coincidir, es una lectura fantástica.