Título: SOMBRAS DE IDENTIDAD
Autor: BRANDON SANDERSON
Editorial: NOVA
Páginas: 420
Traducción: Manuel de los Reyes
Brandon Sanderson, ese hombre que
estornuda y saca tres novelas, regresa al mundo de Nacidos de la Bruma con la
continuación de las aventuras de Wax, Wayne y Marasi, y si la primera entrega
nos dejó algo fríos por la sobriedad de la trama, esta vez Sanderson despliega
su arsenal y nos regala un pequeño pero jugoso aperitivo de lo que está por
llegar.
Yo soy de esos a los que Aleación de Ley les gustó, partamos de ahí, pero es cierto que la historia era más bien mediocre comparada con la amplitud de miras que tiene la Saga de Nacidos de la Bruma, sin embargo el hecho de ver la sociedad avanzar, los guiños a antiguos personajes, la inclusión de armas de fuego –tan raras en fantasía- y sobretodo, la aparición de nuevos protagonistas, la convirtieron en una novela para disfrutar. Bien, pues ahora Sanderson parece haberse dado cuenta de esto y ha inaugurado una nueva trilogía en este mundo preindustrial, pero con una trama que promete ir ampliándose hasta alcanzar cotas divinas (guiño, guiño).
Debo decir además, que por mucho
que me gusten Elend, Vin, Brisa y sobre todo Fantasma, la pareja formada por
Wax y Wayne es una pasada. La química que tienen, la compenetración y los
secretos que se guardan, así como la profundidad de la que hacen gala, les convierte en una verdadera
gozada de personajes. De los dos sin embargo, mi favorito es Wayne, con el que
Sanderson ha dado en el clavo y logra un coprotagonista memorable –sus
capítulos coinciden con los mejores momentos del libro-, y además lo dota de un
humor cínico pero tremendamente divertido del que carecía la banda de Kelsier.
Todo ello sin olvidar a Marasi, con la que personalmente creo que ha conseguido
introducir una figura femenina fuerte sin necesidad de ser una guerrera
vikinga. Es todo lo que le pido a una protagonista femenina con la salvedad de
precisamente eso, conseguir más protagonismo, porque se ve muy mermada tras la
sombra de Wax y Wayne. De todas formas, viendo el trato que ha recibido en esta
novela y como Sanderson se ha empeñado en meterla en contexto y liberarla un
poco de la senda de justicieros que tienen los otros dos, estoy convencido de
que en próximas novelas se alzará como un elemento fundamental.
Centrándonos en la trama, hay que
decir que hay un cuarto personaje fundamental aunque aparece menos y nunca
físicamente: Armonía. Para los que hayáis leído Nacidos de la Bruma no hará
falta que os diga nada más; sus diálogos, con referencias al mundo antiguo y
alguna que otra pista sobre qué puede pasar en su “plano existencial”, conseguían
meterme aún más en la intrahistoria que se esconde tras la trama principal. No
obstante y aunque su aparición me ha gustado, no ocurre lo mismo con la de otro
personaje que no mencionaré pero cuya presencia parece forzada. Sanderson le
dota de un nuevo rol y no termina de verse cómodo en él, más bien parece una
autoexigencia de Sanderson para satisfacer los deseos de sus lectores que algo
que la novela necesite.
Hay un aspecto que Sanderson
incluye en Sombras de Identidad que había perdido en Aleación de Ley: la
crítica social, el pensamiento colectivo frente a la individualidad, la presión
social ante el poder y la forma en la que una comunidad reacciona en función de
las acciones de sus gobernantes. Este es uno de los puntos fuerte de Sanderson –junto con la religión- y lo explota maravillosamente bien. La ciudad de Elendel le da un escenario mucho más grande con el que trabajar y los nuevos órganos de
gobierno, carta de derechos sociales incluida, dan mucho más juego que la
figura tan arquetípica del tirano. Sutilmente se permite incluso hacer una oposición
de lo que a todas luces se ve como un capitalismo primigenio y el socialismo
idealizado de algunos personajes. Creo que en estos aspectos Sanderson ha
puesto especial cuidado y se nota en el resultado. Como contrapunto, el tema de
la religión, tan explotado en el Cosmere, aquí pasa a un segundo plano durante
gran parte de la novela aunque sigue habiendo algunas reflexiones teológicas
interesantes.
De la edición hay poco que decir.
Alabada sea Nova y en especial la enorme labor de Marta Rossich, su editora y
artífice de las joyas en forma de títulos y ediciones que están sacando. La
portada –y más si conseguiste la edición con póster- es genial. En cuanto a la traducción,
baste con decir que corre a cuenta de Manuel de los Reyes, lo que a estas alturas
ya es garantía de excelencia.
Vemos pues que Sanderson recupera
parte de la chispa de su mundo brumoso aunque sin llegar a las cotas épicas de la trilogía original, sobre todo en cuanto a trama se refiere. En cambio, esta vez sus personajes
están mucho más pulidos y tienen un trasfondo mucho más profundo.
In Sanderson we trust.
Nota: Wayne, su cleptomanía y los
sombreros. Solo por eso merece la pena leerse el libro :)
¡Hola!
ResponderEliminarYo estoy en el primero, El Imperio Final, así que paso de puntillas^^
Las imágenes son una pasada, preciosisimas :)
Besotes
Lo mejor del libro es Wayne, el resto me ha parecido flojo para ser de Sanderson...Esta bien, pero piensas, ¿Solo es esto?
ResponderEliminarHombre no llega a la épica de Mistborn pero ya se nota que la trama esconde algo más. El Imperio Final también tenía una trama más simple comparada con lo que desarrollaba después.
EliminarWayne es el amo sí jajaj en eso no hay dudas :)
Libro rápido de leer, entretenido y el cual mantiene siempre alto el interés del lector. Se agradecen libros tan fáciles de leer y más viniendo de leer Dune, alabado sea Sanderson. Decir que me gusto Aleación de Ley, quizás al rolero que hay en mi hace que mi mente viaje y cree miles de historias en este fantástico mundo.
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